sábado, 31 de mayo de 2014

Un poco de historia

En los tiempos de la antigua Grecia y Roma, las damas de la alta sociedad empezaron a emplear diversos tipos de productos para pintar su cuerpo. Eran principalmente cosméticos rudimentarios que estaban hecho a base de productos naturales.

En este caso el esmalte de uñas surgió en la antigua realeza egipcia, cerca del año 3500 a.C. las mujeres egipcias aplicaban un tinte negro sobre sus uñas para así pintarlas. Los colores más brillantes eran asignados a las familia real y a las reinas de Egipto. Cleopatra prefería el rojo oscuro y Nefertiti el tono esmalte de rubí. Los egipcios obtenían los colores deseados a partir del siguiente proceso: usaban henna haciendo sus uñas naranja, que posteriormente se tornarían rojo oscuro o marrón después de que la mancha haya madurado.

De la misma manera en la cultura China alrededor del año 3000 a.C., el color de las uñas de las mujeres demostraba su estatus social, producto del uso de rojos y colores metálicos (oro y plata) hechos a base de una solución de plata. En la dinastía Ming el esmalte de uñas evolucionó y comenzaron a utilizar más diversidad de productos como cera de abeja, clara de huevo, gelatina, tintes vegetales y goma arábiga. Después cerca del año 1300 a.C. los colores reales se cambiaron a negro y rojo, y los colores pálidos eran usados por las clases bajas.

Uñas de la mano antes y después de la aplicación de esmalte de uñas rojo.

La tecnología para el desarrollo del esmalte de uñas tuvo un estancamiento hasta principios del siglo XIX, debido a que la moda era llevar las uñas cortas y perfectamente moldeadas, se atribuye a los inventores del siglo XV el objeto que hoy conocemos como lima que eran clavos que perfumaban y pulían con una correa de cuero. Era una época en la que la modestia era la virtud más importante, y en la cual los colores brillantes en las uñas estaban desprestigiados.

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